Primera declaración en defensa del territorio: ¡BASTA YA!
La construcción de un problema La iniciativa de mudar los locales bailables del centro de la ciudad comenzó con la declaración del estado de emergencia de la noche santafesina en octubre de 2009. La medida contempló, entre otras cuestiones, topes en los horarios de funcionamiento de los boliches, abultadas sumas de dinero como multas por incumplimiento y la prohibición del ingreso de menores de 17 años; todas disposiciones que permanecen vigentes. La medida se tomó después de una semana marcada por varios hechos violentos relacionados con la actividad nocturna y el exceso en el consumo de alcohol, en especial de los jóvenes. Fue enviada por el Ejecutivo y defendida en el recinto por el concejal Carlos Pereira, quién resaltó la importancia de “reflexionar respecto del rol que le compete al Estado”. Reflexionemos, entonces, sobre el rol que compete al Estado y sus políticas públicas; reflexionemos sobre el caso de la relocalización de los boliches. La relocalización de boliches se enmarca dentro de esta problemática y es decretada en la ordenanza 11.653, disponiendo “nuevas zonas habilitadas”. Según la propuesta, se habilitarían 6 nuevas zonas: El corredor de avenida Alem, desde Belgrano hasta el Puente Oroño, la avenida Gorriti, Aristóbulo del Valle, desde Gorriti al norte, La Vuelta del Paraguayo, Alto Verde y la Ruta Nº 168, desde viaducto Oroño hasta La Guardia. Dos de esas zonas son los territorios que actualmente habitamos los vecinos de la Vuelta del Paraguayo (Vuelta del Paraguayo – vera de la Ruta 168). La forma en la cual se define un problema condiciona los instrumentos, los modos y objetos de las opciones de acción y de la propia decisión. No es lo mismo definir el problema como producto de una situación de emergencia para un sector de la sociedad, que definirlo desde una mirada plural, y abarcativa que incluya la falta de la realización de obras públicas y de infraestructura en las zonas más vulnerables. Consideramos que la noche como problema es definida desde una perspectiva que prioriza las condiciones de vida de un sector de la sociedad, y – generando un negocio para el privado – zonifica a la ciudad de una forma clasista. Se niega un territorio en favor de otro. En cuanto a la modalidad de implementación, podemos decir que esta forma de política pública se inscribe dentro del modelo “top down”, el que implica que la implementación se realiza desde una perspectiva verticalista que observa cómo las decisiones tomadas en las altas esferas del Estado son llevadas a cabo en el nivel micro. Este modelo implica un proceso que va desde arriba (nivel político) hacia abajo (nivel técnico). La política de relocalización es llevada adelante por la Municipalidad de Santa Fe, y se encuentra inscripta dentro de una política mayor de establecimiento de un Plan Urbano en la ciudad. La construcción del problema como emergencia nocturna no es inocente… y si no, ensayen algunas preguntas a estas respuestas: ¿A quiénes deja afuera este plan urbano? ¿A quiénes incluye en la forma de invisibilización? ¿A quiénes invita a relocalizarse con servicios? ¿A quiénes invita a dormir tranquilos? ¿A quiénes inunda y vuelve a inundar? Los estudios de factibilidad Las declaraciones desde el estado no cesan de ser contradictorias: nos dicen que aquí no podemos vivir, nos invitan a trasladarnos, pero invitan a habitar estos terrenos a los privados y sus negocios. Henn recordó que tiempo atrás el cuerpo legislativo resolvió no continuar con el otorgamiento de permisos para abrir locales bailables en la Recoleta, “pero faltaba definir dónde sí se podían ubicar pero según un estudio serio que defina la ciudad que queremos tener”. La ciudad que queremos tener no tiene estudio serio, eso es cierto. La medida de relocalización fue aprobada pese a la falta de estudios de factibilidad que el Consejo había solicitado al Ejecutivo. Se votó por intuición la mayor intervención urbana de las últimas décadas después del puerto, sin ningún tipo de certezas. La estrategia de la tierra: un negocio Luego de definir los espacios que los boliches podían ocupar, la Secretaría de Obras Públicas del municipio anunció, en agosto de 2010, la inversión de 700 mil pesos en la zona de la Ruta Nº 168 en infraestructura y servicios. En ese momento, el Secretario de Control del municipio, Cornelio Collins, hizo referencia a la necesidad de las obras y afirmó que habían comenzado las gestiones ante la Empresa Provincial de la Energía para la colocación de un transformador para llevar energía. A su vez aseguró que estaba avanzada la planificación para la llegada del agua potable y el conducto de cloacas. Cuatro meses después, cuando vencía el plazo para que los empresarios del sector manifestaran la voluntad de adherir al traslado (de lo contrario quedaban obligados a “cesar en la actividad”) se conoció que serían Kwam, Island, Passage y De Puta Madre. Por entonces, en declaraciones a la prensa, el intendente Mario Barletta expresó que “lo que sigue es el perfeccionamiento del convenio para establecer la titularidad de las tierras a favor de los propietarios de los boliches. Una vez que se firmen esos convenios y se eleven al Concejo Municipal para su ratificación, comenzará la etapa de construcción”. Al mismo momento, el mandatario afirmó que en la zona habían iniciado los trabajos de relleno del predio y “la generación de la energía necesaria para llevar adelante las obras, además del resto de los servicios que se requieren”. [1] Es evidente que se necesita de mucha inversión para que se den las condiciones para trasladar los boliches. Hay que llevar todos los servicios (agua, luz, cloaca), pensar estacionamientos, otros accesos. Y de hacer la inversión, ¿no sería mejor usar esos recursos para el barrio La Vuelta del Paraguayo (levantar el terreno, poner luz eléctrica, red de agua potable, cloacas)? ¿No sería mejor la inversión pública en lo público? Los verdaderos problemas: el caso de La Vuelta del Paraguayo El barrio la Vuelta del Paraguayo esta habitado por más de 300 personas que venimos sufriendo sucesivas inundaciones, evitables si la decisión política de gobiernos de todo signo no los tuvieran históricamente olvidados. Como barrio, no nos oponemos a la organización de la “noche santafesina” o a la construcción de boliches fuera del área céntrica, pero no estamos dispuestos a asistir en silencio la inversión desde el estado – dinero de todos – sin reclamar por nuestra urgencia: la realización de las obras que impidan la inundación de nuestras tierras. Es por eso que hemos presentado a la Municipalidad nuestro reclamo demandando una respuesta, e invitamos a las organizaciones sociales y a la comunidad toda a adherir al mismo. ENTONCES… BASTA YA! Consideramos que es el momento adecuado para manifestar públicamente que hay un sector de la sociedad que no está de acuerdo con esta medida. Para nosotros, es urgente emitir este comunicado porque, aunque no empezaron todavía los traslados, el intendente ha anunciado en el día de hoy que en diciembre del próximo año estarían terminadas las obras. A partir de la instalación – en lo social – de representaciones de espacios “libres”, llamados zonas habilitadas, se esconde el negocio de la inversión que vuelve a repetir el juego que la política municipal y provincial están empeñadas en jugar: la inversión público-privada… o la inversión de lo público en las ganancias del privado. Pero lo que es más grave: aquí se suma el hecho de que estas tierras están habitadas por esos “otros” vecinos que el gobierno está dispuesto a olvidar, una vez más. Queremos plantear viejos problemas que han sido obviados, así como nos han obviado, a pesar de sostener que se pretende respetar y debatir con los sectores involucrados en el proceso. Somos un sector involucrado en tanto y en cuanto los terrenos que se pretenden ocupar, son nuestro barrio. Y esto no es cosa que el municipio desconozca, dado que en las sucesivas inundaciones que nos aquejan, se ha dedicado a responder precariamente, previo reclamo y realización de conferencias de prensa ante la comunidad santafesina toda. Quisieron imponernos un plan de evacuación que nos deja afuera, lejos de nuestro barrio… quieren nuevamente cercar nuestra existencia cercenando las posibilidades de subsistir a un mal que no están dispuestos a arreglar. Nos negamos a asistir en silencio a la imposición de soluciones que, sin un sentido de integralidad en el desarrollo de la ciudad, agudizan la problemática, multiplicando las diversas formas de precariedad en las que nos obligan a vivir. Aunque le cueste creerlo a los sucesivos gobiernos, la Vuelta del Paraguayo tiene voz, y esta dispuesta a resistir. Decimos ya basta a los atropellos, basta ya a los oídos sordos. Decimos ya basta a la ciudad que no queremos tener. A la emergencia nocturna imponemos una emergencia vital: la de los días y las noches de los olvidados. ¡INVERSIÓN EN LAS OBRAS DE INFRAESTRUCTURA PARA LA VUELTA DEL PARAGUAYO YA! ¡NO MÁS PROMESAS INCUMPLIDAS! ¡NO MÁS INUNDACIONES! Vecinos Autoconvocados Vuelta del Paraguayo Proyecto Revuelta
Leave a Reply