Inundados de ayer, inundados de hoy, a los inundados por venir, de aquí, y de todo el país.

Una vez más Santa Fe bajo el agua.
Una vez más tener que vivir lo vivido.
Una vez más dolor, sufrimiento y preocupación.
Una vez más las voces se unen en un solo grito: ¡Justicia y Cárcel a los inundadores!
Nosotros sabemos que estos días no son sólo producto del famoso cambio climático sino que están provocados estrictamente por la incapacidad estatal y la falta de voluntad política para prevenir lo que está demostrado y es totalmente previsible.
Los cambios en el crecimiento de los ríos, las lluvias intensas, las altas temperaturas, las tormentas severas, son una realidad en aumento desde hace más de 20 años, en nuestra provincia, en nuestro país y en el mundo entero.
No es ninguna novedad. Como tampoco lo son, el conocido saldo de inundaciones extensas, de ciudades y pueblos con miles y miles de ciudadanos afectados, zonas agrícolas inutilizadas, cinturones verdes masacrados, leche tirada al minuto de ser ordeñada, viviendas destruidas y vidas arrasadas. Toda una inmensa región de Argentina paga con pérdidas y daños humanos y materiales, un saldo que no le pertenece.
Debemos ser claros. No es por culpa del agua, ni del río, ni del clima que pasan estas cosas. Esto es el producto acabado y estructurado de una economía extractivista y saqueadora. Capitalista y dependiente, que expresa la pobreza planificada de grandes sectores sociales y las ganancias cada vez más exorbitantes de las no más de 400 corporaciones y sectores concentrados de la economía que dominan el país desde la matriz dejada por la última dictadura de 1976-1983.
El modelo del monocultivo sojero extendió la frontera agrícola, destruyó los bosques, contaminó con agrotóxicos e impermeabilizó las tierras. Estas multinacionales cerealeras no pagan impuestos por ingresos brutos. Extraen las ganancias a sus casas matrices, los granos se van rozagantes por los puertos rosarinos, y nos dejan la miseria planificada. Los barcos de las cerealeras pagan su peaje a la empresa belga argentina que draga el Río Paraná, dejándole una ganancia de 280 millones de dólares anuales desde el 2004.
Estas son las verdaderas razones de los sufrimientos que vivimos con cada inundación. El saqueo de la economía y una forma de hacer política que garantiza el privilegio de los poderosos a costa del sufrimiento de los sectores populares.
Debemos ser claros. Nos inundan con el agua, con la soja, con la droga, con la trata, con la gendarmería y también pretenden inundarnos con mentiras.
El naufragio estatal que inundó la ciudad de Santa Fe con 158 muertos en el 2003 y 3 muertos en el 2007, con gobernaciones e intendencias peronistas, ha seguido hiriendo al pueblo santafesino hasta el día de hoy, con el friolento accionar de las degradaciones de las tres gobernaciones socialistas y las intendencias radicales.
Hagamos memoria. Cuando Santa Fe marchaba a su noche más oscura el domingo 27 de abril del 2003, el Salado entraba por el hipódromo y los pobres de los barrios más humildes eran sacados para votar en camiones de la municipalidad o con tractores. El intendente Álvarez se reía con el finado Hammerly en la puerta de una escuela porque los ciudadanos se preguntaban si estaban en peligro. Después viviría su suicido político ante los micrófonos de LT10 cuando dijo que no nos íbamos a inundar y mencionó uno por uno los barrios que quedaron bajo el agua y donde se produjeron la mayor cantidad de muertos.
Nos mienten en la cara y cada vez que nos inundamos. Todos repiten el mismo discurso, le echan la culpa al cambio climático y se sacan la soga del cuello diciendo que son fenómenos imprevisibles.
Con dolor, en estos años hemos aprendido que existe una matriz estatal que favorece cada uno de los desastres que vivimos. Las inundaciones se construyen desde el poder económico en alianza con el poder político, legislativo y judicial. Se construyen con corrupción e impunidad.
Ningún gobierno ha realizado todas las obras que necesitan el país, la provincia y la ciudad. Pero se ha fomentado el modelo económico que favorece a los grandes capitales del campo y la ciudad, estos últimos expresados en el feroz negocio inmobiliario. La última reducción de las retenciones agrarias del actual gobierno nacional viene a sumarse al no pago de ingresos brutos otorgados por el benefactor sojero cuando era gobernador, actual senador e inundador y asesino serial culposo Carlos Alberto Reutemann.
Ningún gobierno asume la responsabilidad política ante las inundaciones. Le siguen echando la culpa a la naturaleza porque de lo contrario, se descubrirían todas las impericias, irresponsabilidades, negociados y actos de corrupción que los llevarían ante la justicia y a la cárcel. Lazarito Báez no es solo propiedad del peronismo, hay Lazarito Báez en todas las provincias, incluida Santa Fe e incluida esta ciudad capital. La privatización y la timba del puerto que en un tiempo lejano, iba ha ser para todos y terminó siendo para unos pocos, la construcción inmobiliaria de más de 1500 edificios sin planificación alguna producto del boom agrario y grandes negocios financieros de los grandes bancos, expertos ladrones en ocultar el negreo sojero de las grandes cerealeras extranjeras, de los grandes y medianos productores y los pool de siembras, expresan la concentración económica más escandalosa, las coimas, el gambeteo fiscal mejor que Messi y reducción de pagos de impuestos a quienes más deberían pagar. Una hectárea de tierra sea en el norte empobrecido o en el sur donde se dan los máximos rendimientos de la soja pagan 26 pesos de impuesto inmobiliario rural. Si comparamos con lo que se paga en ciudades y pueblos por el mismo impuesto de carácter urbano esto es una desigualdad total asentada en el poder económico y social de sectores y actores muy poderosos que se adueñan de las políticas de Estado.
La justicia, socia mayor en esta alianza, ha demostrado en Santa Fe que se mantiene de rodillas ante el poder. La impunidad que el poder legislativo le otorgó a Reutemann en el 2001 y en el 2003 al no investigarlo por ninguno de sus crímenes, 9 asesinatos en el 2001 y 158 en la inundación del 2003, bendecida por el kirchnerismo en la facultad tecnológica en el 2006 y llevados en andas en el 2009 como senador nacional electo, son coronadas hoy por el macrismo, bajo cuya ala se cobijó para seguir teniendo fueros en el senado de la nación. Nosotros no olvidamos ni a la justicia ni a los que le dieron el salvoconducto de impunidad a este asesino serial culposo. Muchos de ellos son iguales a Reutemann y están en la legislatura.
De cualquier forma, las pérdidas materiales, los estragos humanos en la vida de miles de santafesinos, no entran en ninguna declaración de desastres ni en ninguna emergencia hídrica, lo primero es la producción privada, todo lo demás debemos pelearlo. Nuestras calidades de vida valen muy poco para los gobernantes. Si quieren estadísticas acá se las damos, la ciudad de Santa Fe es la que más cantidad de científicos y académicos posee por números de habitantes, entre ellos los ingenieros hídricos, esta es la ciudad de las luces falsas. La ciudad de las sombras verdaderas está en los cinturones de pobreza donde en los últimos 9 años de gobierno progresista radical, el cinturón oeste y norte llevan el 72 % de los más de 1.000 muertos por violencia social, narcotráfico, trata de personas y disolución del tejido social. Los de antes nos mataron dentro de nuestras casas porque no dieron la orden de evacuación, y los que vinieron después con vientos nuevos, según Binner, nos otorgaron el beneficio de la muerte temprana, la mayoría de los muertos no superan los 25 años. Si quieren estadísticas acá las tienen, son genocidas sociales invisibles e impunes. Decíamos hace dos años: “Seguimos escribiendo la historia de las dos ciudades, la de las luces, que iluminan circuitos callejeros nocturnos, puentes colgantes y casinos, y la de las sombras, las de calles enteras sin desagües, las de piletas barriales cerradas por vías y avenidas. Las de días completos sin luz, las de barrios aislados sin transporte público, la de la emergencia de seguridad con operativos masivos que nunca se van a ocupar del verdadero dueño de la pelota en el narcotráfico que son los soportes financieros que lavan los dineros en efectivo de este flagelo. Mientras la realidad inexorable nos rodea, con la segura inflación de todos los días, de la salud que no se acomoda nunca, de la educación insuficiente, de la necesidad de viviendas dignas que agoniza en cada sorteo o en cada desalojo, siempre faltan presupuestos que ataquen las condiciones estructurales de la pobreza y la injusticia social”. Hace 2 años decíamos esto en esta plaza. Sembramos en el desierto.
Hace más de cuatro meses los pobladores de la Vuelta del Paraguayo, Bajada Distéfano, La Guardia, Colastiné Sur y de allí en el cordón oeste y para el norte, soportan la inundación y el deliberado abandono del gobierno municipal y provincial. Que no hicieron las obras necesarias y cuando avanzó el agua, demostraron la peor de las improvisaciones y el mayor desprecio humano. Niños, mujeres, jóvenes, ancianos fueron evacuados a la entrada de Alto Verde en los mal llamados “módulos habitacionales”, en condiciones de vida pésimas, con calor y con lluvia, en medio de la basura, sin agua caliente, sin servicios básicos ( agua potable y luz) o en estado deplorable, en medio del barro, las ratas y el agua servida. Pero rigurosamente custodiados por fuerzas de seguridad de todos los colores que controlan para que no se produzcan protestas y violan sistemáticamente el derecho a la libre circulación, convirtiendo el lugar en una cárcel. Denunciamos que estos módulos inmundos son producto de un negociado de Corral con la ONG Techos de Rosario a un costo secreto ante el cual exigimos se nos rinda cuenta. A ver si algún concejal levanta el guante.
Para los que no alcanzaron los módulos, quedó el borde de la ruta 168 y la entrada a Colastiné Sur, donde cada cual se arregla como puede. No mejor suerte han corrido los vecinos de La Tablada, ni quienes se quedaron en sus casas o se autoevacuaron. Para todos ellos, la asistencia no llega porque prácticamente no existen. Salvo cuando cortan alguna calle o ruta. Para esto sí tienen propuesta: el protocolo macrista, que varios políticos y periodistas claman por su aplicación.
Cada lluvia fue sumando inundados. Hoy tenemos la costa, el sur-oeste y el norte de la ciudad, además de la casi totalidad de los departamentos de la provincia afectados. Las situación en los barrios es deplorable: las calles intransitables, los colectivos y demás medios de transporte no entran, los chicos no van a la escuela, los trabajadores no pueden ir a trabajar o deben hacer peripecias para poder salir a las avenidas, el municipio puso camiones sucios para transportarlos como animales, no hay recolección de basura, hay dificultades para llegar a los centros de salud y no es efectivo la atención en las postas móviles y fijas, los chicos que no van a la escuela tampoco tienen comedor, las napas están desbordadas, los barrios sin cloacas lo sufren, con la contaminación y olores nauseabundos.
Nos preguntamos ¿cuántos políticos y funcionarios aguantarían vivir en esta situación? La respuesta es clara. Los que desfilan por estos lugares o cerca de ellos, miran y se van. Esta es la cara de la inundación que no se ve. Que no quieren ver quienes se apuran a declarar la emergencia por los campos inundados porque de allí viene la plata. A todos ellos les decimos: ¡Aquí hay gente viviendo en cada barrio, sufriendo, luchando. ¡Somos seres humanos, con dignidad y con derechos! Afirmamos que para los que nos gobiernan, los granos y las vacas valen más que las personas.
Podríamos estar horas describiendo padecimientos, pero de lo que se trata es de poder vivir en una ciudad y una provincia con posibilidades para todos, donde la realización humana sea mediante el trabajo y la educación. Eso es gobernar.
Un párrafo aparte nos merece el sainete santafesino, el apodado por nosotros el sainete de la lavandina. Donde nada es lo que parece. Todo se destiñe y se termina cayendo a pedazo. Hoy el Intendente Corral nos anuncia el nuevo paraíso de la reconstrucción y al mismo tiempo en voz baja se anuncia nuevamente el arreglo de los canteros del bulevar Galvez, el Palermo Holywood que tiene esta ciudad resilente por la módica suma de 20 millones de pesos. Y nos preguntamos ¿para qué? Eso no es necesario en el estado que esta la ciudad, ¿Qué hay detrás de esto? Algún negocio de las constructoras amigas de Corral.
Sí sabemos una cosa, que Lazarito Báez no los va hacer, porque Lazarito Báez ya nos vacunó con el finado Jorge Obeid vendiéndonos las retroexcavadoras chinas, las famosas celestes que nunca levantaron nada, solo fueron una foto. ¿Se acuerdan? Ningún juez santafesino se acuerda. Qué casualidades tiene la vida política y judicial santafesina, todos votaron en la legislatura para que nuestro finado y corrupto gobernador tenga su nombre estampado en la sala de la democracia. Qué casualidades tiene la vida política santafesina, ninguna calle, ninguna cortadita moribunda, ningún pasaje olvidado lleva el nombre en su barrio de los que murieron el 29 de abril del 2003.
El paraíso de la reconstrucción de Corral está diagramado para las empresas privadas de la construcción, ese es el verdadero plan, las inundaciones están atadas a los negocios privados, no a la vida y a las necesidades de los ciudadanos.
Es aquí donde debemos dar las nuevas luchas. Para ello hace falta unidad, participaciones diversas, organización política y el conocimiento concreto de todos los problemas que nos aquejan, de los grandes y de los más pequeños. Nadie debe quedar afuera, nadie es más que nadie, pero los barrios más afectados deben ser los primeros en un plan estratégico de ciudad que tiendan a la justicia de la igualdad y no a la desigualdad oculta y sepultada por los medios de comunicación que cada semana le dan micrófono a las promesas de Corral y les hace preguntan tontas para que el vivo se luzca. El traje de Corral ya comenzó a ajarse, pero muchos santafesino todavía le creen a este gurú, de hablar pausado y mesurado, que le gusta florearse con la fundación Rockefeller, con la costanera del oeste que le vendió a los franceses, y que ahora se le pegó a su ídolo con mayúscula, Mauricio Macri. Parece Rucci con Perón, solo le falta el paraguas. En las fotos conjuntas pone su mejor cara de bobo y piensa soñando con ser el nuevo gobernador en el 2019. Corral sueña en sus pensamientos más íntimos que el cómico Miguelito, no tiene su estatura política ni su capacidad de engaño para hacerle competencia en el futuro. Lo único que le quita el sueño es el sonido, cuando en su casa de barrio candiotti su techo de zinc le avisa que lo está meando el niño.
POR SUS OBRAS LOS CONOCEREIS, decía el Jesús que nació en Belén en un establo y para una navidad. Los habitantes de la Vuelta del Paraguayo vivieron la pasada navidad del 2015 la desolación de las obras que Corral no hace, los abandonó para que escarmienten que con su autoridad no se jode, más valen los boliches, que un barrio de casi cien años de historia. Estas son las verdaderas historias de nuestra Santa Fe, la de nuestra gente y no la de los autoritarios que gobiernan esta ciudad.
A Corral lo único que le falta es la foto con Francisco y con eso completa el cuadro de su desidia.
Tenemos derecho a decidir donde vivir, tenemos derecho a no ser relocalizados en donde se le antoje al autoritario de turno porque detrás hay un negociado inmobiliario. Tenemos derecho a decidir, Sí a decidir. Las elecciones no son un cheque en blanco. Tenemos derecho a participar en las políticas estratégicas de la ciudad. Los concejales son nuestros servidores no nuestros patrones. Tenemos derecho a tener una ley en que los delitos en la función pública sean imprescriptibles. Tenemos derecho a una democracia de calidad y no inundada de miserias para centenas de miles de santafesinos y no la que favorece a los que nadan en la abundancia y para sean estos, justamente estos, los que paguen los impuestos que les correspondan.
SIN JUSTICIA, SIN POSIBLIDADES DE TRABAJO, EDUCACION, SALUD y VIVIENDAS, LA DEMOCRACIA ES UNA FARSA TEATRAL QUE CAMBIA DE ESCENARIO Y ACTORES CADA 4 AÑOS Y ENCIMA NOS CAGAN INUNDANDO Y NOS LLENAN DE CUENTOS.
Nuevamente este año cuando se nos muere el día, nos rescatamos desde las sombras como aquel 29 de abril del 2003 para gritar nuevamente e iluminar con vida y con la lucha que solo el pueblo salvara al pueblo. Volvimos y volveremos a esta plaza 25 de mayo que nos pertenece, con sus 161 cruces que expresan la impunidad de los Inundadores y volvimos a comenzar diciendo… inundados de ayer, inundados de hoy, inundados por venir… ganémosle a los dueños de las desesperanza política, logrando nuestra propia unidad como pueblo. Si nos unimos desde lo más simple, cada barrio, cada zona con sus reivindicaciones más sensibles, seguiremos caminando más juntos por el derecho de construir nuestras ciudades, nuestra provincia, ya no solo para nosotros sino para que nuestros hijos y nuestros nietos, tengan la posibilidad de vivir, y no padecer la vida inundada de miserias planificadas por los más poderosos.
La solidaridad es la ternura de los pueblos, la organización y la lucha por una Patria para todos, es el horizonte de aguas profundas que debemos sortear y es posible de lograr.
DOCUMENTO LEIDO EN LA PLAZA 25 DE MAYO – 29/04/2016