29 de Abril, 19 años de lucha

Hace 19 años la desidia del Estado nos inundó. Nos maltrató, nos destrató, nos despreció. Y no sorprende que 19 años después lo sigan haciendo. Nada es nuevo, ni la impericia, ni la imprevisibilidad, de quienes gobiernan y disimulan responsabilidades individuales detrás de escritorios de personal técnico o funcionarixs públicxs.

La inundación del 2003 nos marcó para siempre.  Cambió la forma en que nos plantamos para decir basta.

Otras inundaciones marcaron después a otros barrios de la región:  la de 2015 y 2016 nos hermanó otra vez a vecinos y vecinas de barrios de Santa Fe, de San José del Rincón y de Arroyo Leyes.

De la misma forma que cuando el río crece denunciamos el abandono a la población por parte del Estado, y su incapacidad para concretar obras que respondan a las necesidades de las personas, hoy denunciamos nuevas desidias.

Hoy nos preocupan la falta de agua y el manejo criminal que se permite de la planicie de inundación de nuestros ríos, del monte nativo, y de cada hectárea de la cuenca más grande de la Argentina. Difícilmente se encuentre superficie alguna libre de las apetencias desmesuradas de sacarle hasta la última gota de rendimiento económico a los cuerpos de agua y a las tierras (muchas de ellas ubicadas en zonas de vulnerabilidad hídrica).

En una región rodeada de ríos quienes tenemos ese paisaje cotidiano aprendemos a convivir con él. Mientras que los gobernantes en ejercicio de los dos últimos años, y los gobernantes que les antecedieron, tanto locales como nacionales, nos pretenden imponer lo que ellos consideran agenda del desarrollo, que no es más que los compromisos de obras y entrega de recursos naturales, que no es otra cosa que sus acuerdos económicos con el poder real, ese poder real que les golpea los escritorios con la culata del arma que se llama “gobernabilidad”. Un ejemplo de esto es el proyecto del Puente Santa Fe – Paraná, parte del corredor bioceánico, una ruta transnacional para el saqueo de los bienes comunes.

Desde Nación hacen perder estado parlamentario a la Ley de Protección de Humedales, para la que hay varios proyectos elaborados desde los territorios. Según parece, en este país no conviene proteger la tierra que a lxs funcionarixs les garantiza próximos negociados como son:

– La nueva obra de defensa en Rincón Norte y Arroyo Leyes, que alentará nuevos loteos y negocios inmobiliarios y no protegerá a los habitantes establecidos en la zona desde hace décadas.

– los Gasoductos o redes cloacales que no resuelven calidad de vida a una población que no tiene garantizada el agua de consumo, en calidad ni en cantidad.

Otra muestra de ineptitud dejó en descubierto el fuego. El fuego no es espontáneo: lxs humanxs somos la única especie que puede encenderlo. La quema para renovar pastizales para ganadería, o para desmontar zonas apetecidas por los especuladores inmobiliarios de siempre con sus socios gobernantes, deja tras de sí muerte y desolación que, dada la escala del sistema que habitamos, adquiere las características de ecocidio.

A 19 años de aquella inundación volvemos a exigir que nos vean, que nos pregunten, que nos consulten. Lxs vecinxs de la Costa sabemos cómo queremos vivir. Queremos vivir con obras que mejoren nuestra calidad de vida y aseguren el acceso a nuestros derechos básicos, que nos permitan un desarrollo que no atienda los intereses del mercado sino de quienes habitamos nuestros territorios.

A 19 años de la inundación de 2003, no perdemos la memoria y exigimos justica por los inundados de ayer y de hoy.

Documento elaborado por la Coordinadora de Organizaciones de la Costa.